La vida de William Carlos Williams fue cautivadora por su sencillez. Un trabajador incansable, padre de familia, que durante el día se dedicaba a ejercer como médico y de noche escribía poesía. Gracias a ese empeño por quitarle horas a su descanso nocturno y dedicarlo a la escritura, se convirtió en uno de los mejores poetas de inicios del siglo XX.
A manera de biografía y homenaje, James Laughlin, quien fue el editor de Williams, recaba distintos aspectos de su vida en este libro, desde los más íntimos y cotidianos, como sus estudios en pediatría, su carrera profesional, su complicada vida de pareja; hasta aquellos que lo encumbraron como uno de los poetas modernistas más innovadores de su tiempo, como lo fue el proceso de crear Paterson, su obra más emblemática.
El autor de este libro fue considerado el editor más influyente de su época. Laughlin llegó a publicar a escritores de la talla de Ezra Pound, pero fue Williams con quien tendría un vínculo especial, creando así una de las amistades más productivas en la historia de la literatura.
Recordando a William Carlos Williams, James Laughlin, Mangos de Hacha, 2010, 84 páginas
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