Los premios literarios, según Thomas Bernhard

Hace un par de años, la editorial Gris Tormenta puso en circulación Las posesiones, un pequeño volumen de poco más de 70 páginas que forma parte de la colección Editor, compuesta por “narraciones en primera persona que revelan los distintos procesos, largos e inesperados, que existen antes de que un libro sea abierto por un lector”.

El título en cuestión es firmado por el gran Thomas Bernhard e incluye dos textos. En el primero de ellos, titulado “Premio de Literatura de la Libre y Hanseática Ciudad de Bremen”, Bernhard confiesa cómo, a los treinta y tantos años, estuvo a punto de dejar la escritura. Tras pasar una temporada trabajando como chofer de un camión repartidor de cerveza, el novelista se mudó al campo junto a su tía, resuelto a empezar una nueva vida. Pero todo cambia cuando recibe noticias de que ha ganado un reconocimiento que está acompañado de una generosa suma económica, la cual le ayudaría a cumplir el sueño de comprar una casa para él solo. La historia toma un giro inesperado cuando Bernhard se ve obligado a ser jurado del mismo premio y descubre la absurda forma en que se elige a los ganadores.

Mientras que en el segundo, “El Premio Julius Campe”, el autor de El malogrado narra cómo, gracias a otro premio literario, consiguió comprar de forma impulsiva un lujoso automóvil, sin saber siquiera cómo manejarlo.

Las posesiones, Thomas Bernhard, Gris Tormenta, Querétaro, 2019, 73 páginas